El diseño centrado en el usuario se ha convertido en una metodología clave para la creación de experiencias exitosas y una parte muy importante de ello es llevar a cabo un esfuerzo robusto de investigación de primera mano con la audiencia a la que nos dirigimos.
Por lo general, el trabajo de investigación conlleva realizar entrevistas presenciales, focus groups y sesiones generativas, sin embargo, la pandemia desencadenada por la COVID-19 ha cambiado drásticamente la forma en que ejecutamos estas técnicas de investigación, agregando un nuevo nivel de reto.
En Cocolab nos dedicamos a diseñar experiencias que inspiran a las personas y para ello es necesario desarrollar investigaciones previas a la experiencia que nos aseguren ese resultado. Este nuevo contexto, provocado por la contingencia sanitaria, nos impulsó a innovar y desarrollar nuevas formas de acercarnos a nuestros usuarios finales y comprender sus necesidades de manera virtual.
Tras comenzar la cuarentena nos enfrentamos a la necesidad de validar algunas características de una experiencia en la que hemos trabajado a lo largo del año. Teníamos las visualizaciones y prototipos necesarios para hacerlo, lo que no teníamos era la posibilidad de llevar a cabo una sesión presencial con nuestra audiencia; fue entonces que decidimos emprender estos esfuerzos de validación de forma virtual a través de videollamadas y apoyándonos en herramientas virtuales como Google Forms.
En realidad, las primeras etapas de la planeación de estas sesiones se mantuvieron como una sesión ordinaria previa a nuestra nueva normalidad, es decir, definimos una agenda del día, hicimos una presentación, determinamos qué ejercicios de validación se iban a implementar, etcétera. Si bien esto ya tiene su nivel de dificultad y requiere especial atención, la sana distancia nos obligó a repensar la forma en que ejecutamos este tipo de ejercicios.
Posterior a la etapa de planeación, comenzamos a reclutar personas para participar en estas sesiones, en donde uno de los requisitos era que tuvieran a su disposición un ordenador y navegador web. Aquí es donde las cosas se ponen interesantes y comienzan a variar respecto a nuestra previa normalidad, pues era necesario pedir a los participantes que firmaran un acuerdo de confidencialidad (NDA) para proteger la propiedad intelectual y creativa que sería presentada durante la sesión, dado que sería muy fácil tomar screenshots, grabar su pantalla o sacar fotos del prototipo. A pesar del pronóstico, encontramos muy poca resistencia de los participantes para firmar estos acuerdos y, al ser documentos digitales, mostraron mayor flexibilidad para prestarnos su tiempo.
Entonces llegó la hora de la verdad: ejecutar las sesiones. Para ello es importante seleccionar una herramienta que nos permita conectar con la audiencia; en nuestro caso seleccionamos Zoom, pero sabemos que existen muchas opciones disponibles en el mercado. Fue imprescindible establecer algunas reglas básicas para controlar y moderar la participación, pero en general las sesiones fluyeron bastante bien y nos permitieron obtener hallazgos muy valiosos para el proyecto.
Al final de todo, las soluciones tecnológicas fungieron más como un habilitador que nos permitió amplificar la experiencia de este tipo de sesiones y, al salir de nuestra zona de confort, vimos nuevas posibilidades para hacer prototipos más inmersivos. La nueva normalidad nos permitió transformar la forma en que validamos nuestras experiencias y seguramente llevaremos estos aprendizajes a ejercicios futuros, cuando otra vez podamos vernos cara a cara.
¿Qué aprendimos?
Tras este primer experimento de validación virtual hemos aprendido lo siguiente:
1.- Aprovecha los recursos digitales: Actualmente existen muchísimas herramientas para conectarnos y poder realizar de forma digital tareas antes análogas. En lugar de Post-its usamos Miro, en lugar de una habitación nos reunimos en una sala de Zoom, en lugar de hojas de papel utilizamos Google Forms y Mentimeter. Antes de emprender un esfuerzo de validación de este tipo, explora qué recursos tienes a tu disposición y verifica cómo puedes sacarles provecho para sustituir a lo que no podemos echar mano de momento.
2.- Itera y arriésgate: Esto parece ser un principio obvio de todo proceso de diseño, pero las personas que trabajamos con diseño también podemos volvernos mañosas y sesgar nuestra perspectiva por las formas, herramientas y metodologías que ya conocemos, pues resulta más cómodo. Date la oportunidad de aprovechar el nuevo contexto para pensar fuera de la caja y ver de qué forma puedes innovar lo que ya tenías ciclado previamente.
3.- Cuida la experiencia de tus usuarios: Si bien existen herramientas que nos facilitan la comunicación, parte clave de una sesión de validación es mantener elevada la energía de los participantes que, al llevar a cabo sesiones virtuales, puede volverse mucho más retador. Siempre toma en cuenta cómo se sienten las personas, si necesitan un descanso o si un ejercicio no está fluyendo adecuadamente y adapta la sesión sobre la marcha.
4.- Validar SIEMPRE será importante: Ya sea de forma virtual o presencial, siempre será imprescindible validar lo que estás diseñando y cuando decimos “siempre” queremos decir SIEMPRE. De no haber ejecutado estas sesiones no tendríamos mucha información que ahora está disponible para el equipo creativo, obtuvimos insights muy relevantes para el proyecto y nos dimos cuenta de algunas cosas que estábamos pasando por alto respecto a la experiencia del usuario; gracias a este ejercicio pudimos descubrir todos estos puntos clave para el diseño de la experiencia.
Este no es el primer proceso que necesitamos adaptar tras la llegada del coronavirus a nuestras vidas y probablemente tampoco sea el único, lo importante es no permitir que esto se convierta en un obstáculo para hacer las cosas, sino una oportunidad para innovar y cambiar nuestros paradigmas.
Dentro de Cocolab seguiremos emprendiendo esfuerzos que aseguren experiencias de la mejor calidad para nuestra audiencia y buscando formas de perfeccionar nuestros procesos para desarrollar productos innovadores e inspiradores. ¿Te gustaría colaborar con nosotros o tienes un proyecto en mente? Échanos un grito y platiquemos cómo podemos lograrlo.