Con base en un esquema temático que giró alrededor de la frase "Gracias México", se montó un espectáculo para conmemorar la Independencia de México en 2012.
Al explorar distintos recursos narrativos y formatos de reproducción, se creó una atmósfera de inmersión en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México con el motivo de recalcar valiosos aspectos del país.
Este espectáculo fue uno de los primeros acercamientos que se tuvieron en el sector de espectáculos de gran formato, permitiendo la potencialización y mejora de futuras celebraciones.